domingo, 5 de diciembre de 2010

Sally Bowles

(Liza Minnelli, "Cabaret")

Espléndido fotomontaje de Sally Bowles/Liza Minnelli.

- Bueno, ¿te acuestas con mujeres o no?

- Sally, esas cosas no se preguntan.
- Yo sí.

Sally Bowles
es un personaje que interpreta a varios personajes. Quiere ser una mujer fatal, misteriosa y codiciada por los hombres; sueña con imitar a la "vampiresa" de cine mudo Lya de Putti, aunque luego la desprecia; es una cantante de cabaret que quiere triunfar en la música, pero que se acuesta de vez en cuando con clientes; presume del cariño y de la compañía de su padre, un diplomático que nunca le ha hecho caso; aparenta ser sofisticada pero su vulgaridad la delata con frecuencia... Pretende siempre lo que no es, aunque se empeña en demostrar lo contrario.

Sally es un bombón para cualquier actriz y Liza Minnelli lo saboreó con deleite en 1972. El personaje, surgido de una novela corta en 1939 y que se fue puliendo en sucesivas adaptaciones teatrales desde 1951, llegó a la gran pantalla enriquecido con todas las aportaciones anteriores y con una revisión modernizada a cargo de Bob Fosse y de la guionista Jay Presson Allen. La película "Cabaret" convirtió a Sally en un icono más de los años 70, sobre todo con ese inolvidable y sorprendente estilismo que ha sido imitado continuamente desde entonces: pantalones negros y muy cortos, una chaqueta escotada del mismo color, medias y bombín. Un vestuario mítico.
Fosse rompió con muchas normas clásicas del musical. Su personal estilo coreográfico era provocativo, sensual y burlesco, con muchas influencias del jazz y del cabaret y muy pocas del Hollywood dorado. Los temas musicales se insertan con un motivo argumental. Tienen sentido por sí mismos. Y quizá sea rizar el rizo, pero incluso la primera aparición de Liza Minnelli en pantalla es muy poco convencional, para tratarse de la protagonista. Cuando el irreal y mágico maestro de ceremonias (Joel Grey) presenta a todos los personajes del cabaret, la cámara apenas se detiene en ella, es una más.
A Sally la conocemos cuando Brian Roberts (Michael York), un joven estudiante que llega a Berlín para completar su doctorado universitario de Lengua, llama al timbre de una pensión. "¿Tienes un cigarrillo? No puedo más", le suelta tras una breve presentación en alemán. (Quizá sea un sacrilegio para algunos decir esto, pero la versión doblada me parece que, si bien oculta muchas referencias sexuales de la versión original, sí ofrece matices más precisos del personaje, mérito de la soberbia actriz de doblaje María del Puy. Esta simple frase, por ejemplo, es mucho más rica en castellano: "¿Tienes un cigarrillo, encanto? Estoy desesperada").
En su primer encuentro con Brian, la personalidad de Sally se desborda de manera arrebatadora en apenas unos minutos. Es abierta, divertida, cariñosa, descarada, generosa, impulsiva... un torbellino que contrasta con la prudencia y timidez del joven estudiante. Cuando éste descubre enseguida que es norteamericana, ella bromea: "¡Qué deprimente! Quería parecer una misteriosa espía internacional. He estado ensayando meses como una loca".
Sally está muy lejos de ser misteriosa o enigmática. Es un libro abierto para todos sus amigos y dice lo que piensa en cada momento. Sólo en el cabaret representa lo que aspira ser. En su primer número (el mítico, excepcional e imitadísimo "Mein herr"), Sally interpreta a una mujer independiente, que no quiere ningún compromiso, una vagabunda que va por su camino libremente y que necesita aire.  
Cuando termina la actuación, vuelve a ser la chica apasionada, espontánea y frenética de siempre. Habla sin parar, intenta ser sofisticada y escandalosa, interrumpe en cualquier momento y actúa según su capricho o su instinto. Durante un tranquilo paseo por la ciudad, y mientras atiende a su manera a Brian, Sally escucha el sonido de un tren y se lanza a correr; se mete debajo de un túnel y lanza un grito prolongado y liberador, como si fuera un orgasmo.

Sally le enseña a Brian cómo liberarse, gritando debajo de un túnel.

Es Sally quien lleva siempre la iniciativa, la que intenta seducir a un Brian muy ambiguo en cuestiones de sexo. Cuando ella se lanza a por él en la habitación, se muestra seductora a su manera, pero no consigue vencer su resistencia y directamente le pregunta si le gustan las mujeres; a él le resulta complicado responder, pero a veces es mejor ser directo que irse por las ramas. "¿Ves como estas cosas hay que tratarlas abiertamente? Brian, tú eres mi mejor amigo. Hoy en día es más difícil encontrar un amigo que un amante. El sexo siempre arruina la amistad. ¡No lo permitiremos!", exclama feliz.
Brian se convierte en alguien muy especial para ella. Incluso cuando tiene un día malo, es comprensiva con él y puede cambiar súbitamente su humor. En la escena en que él da lecciones de inglés a Fritz Wendel (Fritz Wepper) y espera la llegada de la rica heredera Natalia Landauer (Marisa Berenson), Sally entra sin llamar a la habitación, quiere un trago y le importa poco quién esté. Finalmente cederá, pero decide quedarse en la habitación por simple curiosidad.
Liza Minnelli está especialmente inspirada en esta escena. Actúa sobre todo con los ojos: cuando observa las atenciones a la distinguida nueva alumna, cuando escucha la descripción literal de un resfriado o cuando se queda perpleja ante el burdo sentido del humor de Fritz. En el momento en que decide hablar (para explicar que las personas se pueden contagiar mediante el acto sexual, las consecuencias son temibles.

- Brian, ¿cómo se dice en alemán?

- No me acuerdo.
- Ah, sí: Bumsen. (Natalia se queda paralizada)
- Tenía que ser la única palabra alemana que conocieras.
- Claro, como que me he pasado la tarde "bumseando" con un productor carcamal que ha prometido contratarme.


Sally puede vivir en un mundo de fantasía, pero no sabe fingir. Cuando se hacen amigos de Natalia, a ella le importa bien poco guardar las formas delante de la elegante y refinada chica judía. Y cuando Natalia le revela que Fritz se ha abalanzado sobre ella en el sofá de su padre, la afligida chica quiere saber si eso es amor o debilidad carnal: "En realidad, qué importa, si se divierte", le suelta la sorprendida Sally.

Liza y Joel Grey, en el prodigioso número "Money, money".

Hay que quererla como es. Por ejemplo, ilusionada, feliz e infantil cuando se prepara para reunirse con su ocupado padre. O hundida, sensible y desolada cuando regresa sin conseguir verlo, una vez más. La transición entre ese estado de ánimo y el amor que nace entre Sally y Brian cuando éste la consuela es bellísima, aderezada con la canción "Maybe this time".
La intromisión de Maximilian von Heune (Helmut Griem) provoca los celos de Brian, que se siente desplazado y herido ante la fascinación de Sally por ese barón elegante y multimillonario que se ha colado en sus vidas y en su habitación, con caro champán francés, caviar, abrigos de piel, medias de seda y pitillera de lujo. Max manipula a la pareja a su antojo: a Sally porque es fácil de manejar cuando se trata de lujo y atenciones; a Brian, porque, aunque percibe cierta inmoralidad en las intenciones, es tan bisexual como Max: la escena en que los tres se abrazan bailando resulta excepcional: Sally no se entera de nada, pero ellos dos saben perfectamente qué está pasando en el momento en que cesa la música y siguen juntos.
En realidad, Sally Bowles es ajena a muchas situaciones que están ocurriendo a su alrededor. Mientras Natalia, Fritz (que ha ocultado su condición de judío), Brian y Max son conscientes del auge del nazismo en Berlín y del riesgo que supone, ella no tiene ni idea de lo que le están hablando. Tampoco se entera de que la historia con el barón millonario se ha terminado: sigue soñando con manejarle a su antojo y convertirse en una rica baronesa.
- ¡Por amor de Dios, Sally, ya basta! ¿Cuándo vas a dejar de engañarte a ti misma? ¡Manejar a Max! Te has portado como una mujer fatal ridícula. Y tú tienes tanto de fatal como un caramelo de menta.
La decisión más trascendental en su vida llega cuando se entera de que está embarazada. No sabe quién es el padre, pero quiere abortar. Brian le propone el matrimonio y durante un tiempo ambos son felices con la idea. "Por ti y por el niño", brindan, convencidos de que van a ser padres y tienen ante sí una vida en común.

Max, Brian y Sally, en la escena del baile a tres.

Pero Sally cambia de opinión y decide abortar. Es un acto de generosidad hacia él. Se da cuenta de que va a hacerle infeliz, de que su vida es demasiado descontrolada como para atarse al matrimonio. Está cansada, destrozada físicamente, y su estado de ánimo está por los suelos, pero finge frivolidad y despreocupación cuando él descubre la verdad.  
- Te has librado de él, ¿por qué?
- Uno de mis caprichos.
No ha sido, por supuesto, un capricho, pero es la forma más directa para acabar con una relación que acabaría fatal. Brian se marcha de Berlín y ella se aleja por el andén. De espaldas se despide de él agitando una mano, consciente de que la está observando. Consciente también de que no la olvidará jamás.
A veces he pensado cómo sería el futuro de Sally Bowles tras la película. Es posible que con el tiempo terminara sentando la cabeza, aunque me inquieta pensar que pudo acabar como fräulein Kost o fräulein Schneider, una vieja prostituta olvidada en una pensión. Quiero creer, más bien, que se convirtió en una espía internacional en la Segunda Guerra Mundial, viajando por Tombuctú, Singapur y Lisboa, de fiesta en fiesta, bebiendo y seduciendo a nazis para obtener secretos de Estado y enseñando sus uñas pintadas de verde: "Sofisticadas, ¿no?".
    
La película
- "Cabaret" es la adaptación de la obra teatral del mismo título, de John Kander y Fred Ebb, que se estrenó en Broadway en 1966. Este musical se inspiró a su vez en otra obra escénica, "I am a camera" (1951), de John Van Druten, con Julie Harris en el papel de Sally Bowles. Y, a su vez, esta pieza se basó en una novela corta de Christopher Isherwood, "Adiós a Berlín", escrita en 1939.
- Isherwood visitó a comienzos de los años 30 Berlín, una ciudad en la que existía mucha libertad sexual, justo antes de la irrupción del nazismo. En 1931 conoció a una tal Jean Ross, quien le sirvió de inspiración para su personaje de Sally Bowles. 
- "Cabaret" fue la gran triunfadora en la gala de los Oscar de 1972, aunque el premio a la mejor película se lo llevó "El Padrino", que también obtuvo dos estatuillas más, para Marlon Brando y para el mejor guión adaptado. Fue mala suerte que ambos filmes, dos obras maestras perdurables en el tiempo, compitieran en la misma edición. Las dos películas coincidieron en resucitar, con innovadoras aportaciones narrativas y de estilo, dos géneros cinematográficos que estaban en declive en esa época: el musical y el de cine de gángsters, en este caso con protagonismo absoluto de la Mafia italiana. 
- Liza Minnelli era la principal favorita como mejor actriz y superó a Diana Ross, Maggie Smith, Cicely Tyson y Liv Ullmann. Sus padres, Judy Garland y el director Vincente Minnelli, también lograron premios de la Academia, lo que constituye un hito (familiar) en la historia de los Oscar.

Liza, con su Oscar.
- Julie Andrews era la primera opción de Bob Fosse para el papel de Sally Bowles, pero finalmente lo rechazó. Pese a ello, el director se quedó encantado (al igual que el público) con la actuación de Liza.
- Cy Feuer, productor de la película, cuenta que cuando le propusieron a Liza Minnelli el papel, ésta les tranquilizó diciendo: "No os preocupéis, voy a estar genial". El mismo productor le advirtió seriamente a Bob Fosse que no se le ocurriera prescindir del genial Joel Grey para el papel de maestro de ceremonias que había desempeñado en el teatro: "Si perdemos a Joel, te perdemos a ti también".
- La contratación de Michael York para el papel de Brian parece una leyenda. El actor supo que alguien estaba buscando a un actor inglés "que se pareciera a Michael York" y le dijo a su agente que le concertara una cita con el productor, porque si alguien podía hacer de Michael York, era precisamente él.
- La actriz Judy Dench interpretó a Sally Bowles en la obra teatral de Broadway. Dench, que ha sido y es una de las más grandes figuras del teatro británico, se hizo célebre a partir de 1995 por su personaje de M en la saga de James Bond, además de otras grandes películas.
- La película de Bob Fosse revitalizó el cine musical y abrió un camino más fascinante para futuras obras, teatrales y cinematográficas, como "Chicago" (2004) o "Nine" (2009), que son herederas directas de "Cabaret".

4 comentarios:

  1. ¿Ningún comentario? Esto es de traca.

    Si te sirve de algo, que sepas que este artículo tuyo me ha conmovido muchísimo. Adoro la película Cabaret, y escuchar la sensibilidad y el acierto con el que has descrito a Sally me ha emocionado muchísimo C:.

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    1. Ariel, te agradezco muchísimo tus palabras, no sólo por el elogio sino porque me daba un poco de miedo comentar este personaje. A Sally Bowles le tengo mucho cariño y respeto desde que era un crío.
      En cuanto a la falta de comentarios, es algo bastante normal, sobre todo porque, por falta de tiempo, he descuidado bastante este blog. No obstante, comentarios como el tuyo me servirán para esforzarme un poco más y seguir adelante. Gracias de nuevo, un saludo.

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  2. Qué buen comentario. Me ha servido de mucho, es justo lo que estaba buscando. Muy bueno ^^

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  3. Entre la caída de los dioses de Visconti y Cabaret, me quedo con Cabaret.

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